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San juan del Olmo, Avila, Spain

21 octubre 2006

ABC

Folk, barro y genialidad

El cielo mostró su cara más compasiva la noche en la que Bruce Springsteen arrancó en Madrid su pequeña gira por España, que le llevará en los próximos días por Valencia, Santander, Granada y Barcelona. En las dos horas y media que duró la actuación, no cayó una sola gota, aunque el recuerdo del mal tiempo se hacía presente por el gran lodazal en el que se había convertido el albero de las Plaza de Toros de Las Ventas.
No había lluvia, pero sí frío y cierta gelidez en el ambiente. Era necesario el esfuerzo titánico de dar calor a las 18.000 personas que abarrotaban el coso taurino. Tarea ímproba que hasta al mismo Springsteen le costó: todo el primer tramo de la actuación los asistentes apenas permanecían anclados al suelo o a sus asientos, aplaudían amablemente, y a otra canción...
Apenas duró diez temas. Porque la voz de Springsteen y la perfecta compenetración de la banda que le arropa (compuesta por 17 músicos) en cada actuación –en algunos momentos muy similares a los Chieftains, en otras inquietantemente parecidos a The Pogues- fue la combinación que trajo el calor necesario para disfrutar de una fiesta extraordinaria.
Springsteen repasó de forma minuciosa las canciones de su último trabajo We shall overcome: The Seeger Sessions, todas imbuídas de un marchamo folk que el cantante de New Jersey apenas abandonó durante toda la actuación madrileña. Al ritmo de la poderosa John Henry, Sprinsgteen fue mostrando al público madrileño cuáles son sus raíces: Jesse James, Erie Canal y una sensancional Jacob's Ladder fueron pequeñas muestras de una gran maravilla.
El Boss también revisitó viejos temas a los que dio la vuelta como a un calcetín hasta el punto de hacerlos casi irreconocibles. Así, sonó una fallida Atlantic City y unas extraordinarias Bobby Jean, Devil & Dust, Long Time Comin' y You can look (but you better not touch). Suficientes -a pesar de que se echara en falta el clásico The River- para saciar a los espectadores que añoran al Bruce más rockero.
Los guiños de siempre
La complicidad de los españoles con el cantante tuvo su primera parada en Madrid, pero no será la única. Es muy probable que los piropos que se le lanzaron al estadounidense ("¡Te quiero!", "¡Torero!", "¡Genio!") se repitan los próximos días en Valencia, Santander, Granada y Barcelona. Como contrapartida, Sprinsgteen hizo en Madrid sus ya habituales esfuerzos por comunicarse con los asistentes en un cada vez mejor español. Además de agradecer a todos la asistencia, el Boss alabó "lo bonita" que es la Plaza de toros de Las Ventas, "pero espero que no saquen a los toros", comentó.
De forma muy calculada, Springsteen fue mezclando los medios tiempos con las canciones de puro estilo folk. Y al final, la gran fiesta: el público bailando como buenamente podía entre el lodazal, Springsteen con toda su banda disfrutando como sólo pueden hacerlo los que aman la música, y Las Ventas acogiendo un chorreo de música festiva al ritmo de temas como American Land y Pay me my money down. Lo peor del concierto: que terminó.

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